Los godos no fundaron España, pues el concepto de nación no existía en el siglo V. Pero su más bien escasa huella en la península Ibérica fue convertida en un referente casi legendario por las crónicas de la Reconquista.A comienzos del siglo I, cuando el emperador Augusto fracasaba en su intento de conquistar Germania y sus legiones eran masacradas en el año 9 en la selva de Teotoburgo. un pueblo de origen germánico con origen en la isla de Gotland. en la costa sueca del mar Báltico. comenzaba un prodigioso viaje migratorio que duraría mis de cuatro siglos. Este pueblo era la tribu de los godos, así llamados por los historiadores romanos, que en el siglo I se estableció en las costas de la actual Polonia para recalar, a comienzos del siglo III y tras atravesar Europa central y oriental, en las llanuras de Ucrania. Alli se asentaron los godos durante siglo y medio hasta que, en el año 375, un pueblo descrito en las crónicas de la época como "el más feroz de su tiempo", los hunos. apareció desde las profundidades de las estepas de Asia Central y los empujó hacia las fronteras del Imperio Romano.
Despavoridos ante la llegada de los hunos. los godos irrumpieron en los dominios de Roma y derrotaron a los romanos en la batalla de Adrianópolis, en el año 378. La conmoción fue tremenda. San Ambrosio escribió: "'Asistimos al fm del mundo". Pocos anos después, en 410, los visigodos, una de las dos ramas en las que se dividió la tribu de godos (la otra fue la de los ostragodos), saquearon la mismísima ciudad de Roma. Con motivo de ese acontecimiento, san Agustín, el obispo mas célebre de comienzos del siglo V anunció de manera solemne: "Esto es el fin del mundo".
El final de una epoca.
Los intelectuales romanos de la época eran conscientes de que su Imperio se estaba acabando, y de que la llegada de los bárbaros suponía el final de su mundo y el comienzo de una nueva época.
Empujadas por los asiáticos, por el hambre y por el afán de riqueza, numerosas tribus bárbaras siguieron a los visigodos, y el Imperio Romano, ya partido en dos mitades, no tuvo más remedio que pactar con algunas de ellas y dejarlas que se establecieran dentro de sus fronteras, Los visigodos, tras saquear Roma, se dirigieron hacia occidente y se instalaron en el centro y sur de la actual Francia, recibiendo tierras a cambio de paz. Se convirtieron así en tropas federadas del Imperio. e incluso llegaron a defenderlo contra otras tribus bárbaras. como ocurrió a partir del año 427, cuando intervinieron a favor de Roma en tierras de Hispania y combatieron a suevos. vándalos y alanos, con su caudillo Teodorico I (418-451) al frente.
Y de nuevo lo hicieron en 453, en la batalla de los Campos Cataláunicos, cerca de la ciudad francesa de Poitiers, donde lucharon aliados con el ejército romano contra los hunos de Atila.
Conforme el poder romano se desvanecía en Hispania y en la Galia, los visigodos lograron asentarse en el sur de Francia y fundar un Estado con centro en la ciudad de Tolosa (Toulouse). Desaparecido el Imperio, la unica autoridad que permaneció en Occidente fue la de los reyes germanos, los obispos católicos y los grandes terratenientes.
Hispania, en el caos.
Los visigodos realizaron toma de contacto con Hispania en esa acción a favor del Imperio en 427, y desde entonces comenzaron una lenta pero incesante penetración en esta provincia romana, que, con una población resignada y callada, parecía abocada a un incierto destino contra el que se mostraba incapaz de luchar. Hispania, inmersa en el caos y el desgobierno, asoladas algunas de sus regiones por partidas de bandoleros, los bagaudas, que saqueaban villas y ciudades ante la impotencia de los hispanorromanos, quedó inerme, y los visigodos iniciaron su ocupación en la segunda mitad del siglo V.
Cuando en el año 476 el caudillo Odoacro. jefe de la tribu germana de los hérulos, depuso al ultimo emperador de Occidente. el desdichado Rómulo Augustulo, y decidió que ya nadie más llevaría ese título, hacía varias décadas que de hecho la Galia y media Hispania habían dejado de ser una parte del Imperio Romano para quedar sometidas al dominio visigodo.
Extinguido el Imperio de Occidente, los visigodos se convirtieron. Tras un siglo de contacto con la cultura romana habían asimilado muchas de sus costumbres, lo que unido al mantenimiento de algunas de sus tradiciones ancestrales dio lugar a la creación de una estructura estatal dualista en la que coexistieron tradiciones, formas de vida e instituciones de ambas sociedades. hasta tal punto que tardorromanos y germanos se rigieron cada uno por sus propias leyes y sus propios tribunales. Eran dos sociedades que convivian pero que no se mezclaban.
Nacimiento de un Estado
Los visigodos crearon un reino aliado de Roma en 418, con capital en Tolosa (Toulouse), como federados del Imperio, y desde el ano 454 fundaron asentamientos estables en Hispania. Entre el 466 y el 470, las antiguas provincias hispanas de la Tarraconense y la Bética pasaron a formar parte del reino de Tolosa, y poblaciones visigodas se asentaron en las localidades más importantes (Barcelona, Tarrasa, Tarragona, Zaragoza, Toledo, Sevilla) y en zonas rurales dedicadas a la agricultura extensiva (áreas de Burgos, Soria y Palencia). En esas fechas ya se habian identihcado con el territorio que ocupaban a ambos lados del Pirineo y se dotaron de leyes adaptadas a su nueva situación sedentaria.
El rey Teodorico II (453-466) proclamó en el año 463 la "Lex Romana Visigothorum", que los convertía de hecho en un verdadero Estado dentro del Imperio Romano. Su sucesor, el rey Eurico (466-484). asentó la autoridad visigoda en los territorios ubicados entre el Loira y el Ebro y fue reconocido como soberano legítimo por el emperador bizantino Zenón cuando Odoacro. caudillo de la pequeña tribu de los hérulos. depuso en 476 a Rómulo Augústulo, el ultimo emperador romano de Occidente.
En 479, Eurico dotó además a su pueblo de un nuevo código legal, sólo parcialmente conocido, que constituía una recopilación de las viejas leyes germánicas. Pese a estos pasos, los visigodos quisieron mantener sus señas de identidad con respecto a la inmensa mayoría de la población indígena galorromana e hispanorromana. Para ello exaltaron el sentimiento nacional godo. se mantuvieron fieles seguidores de la herejía arriana y prohibieron los matrimonios mixtos de godos con romanos. Frente a esta actitud de separación por parte de los visigodos de las dos culturas, la romana y la germánica, el pueblo de los francos, que se había establecido a fines del siglo V en el norte de la Galia, había puesto en marcha una politica bien diferente.
Su rey Clodoveo había propiciado enseguida el abandono del arrianismo y la unificación con el pueblo galorromano. Ante esta situacion, los obispos católicos del sur de la Galia tramaron una conspiración contra el reino arriano visigodo de Tolosa y maniobraron para acabar con el poder godo, que imponía el arrianismo y acercarse a los francos. El sucesor de Eurico, Alarico II (484-507). intentó reaccionar promulgando una nueva ley, la contenida en el "Breviario de Aniano" del año 506, también llamado "Breviario de Alarico". Este texto legal contenía una serie de normas del derecho romano que venian a llenar el vacio que en algunos aspectos jurídicos, presentaban las leyes germánicas, ademais de ser un gesto de acercamiento a la mayoría indígena católica que no cuajó.
La debacle de Vouillé
Batalla de Vouillé |
La debacle de los visigodos en Vouillé a manos de los francos, también de origen germano, tuvo una consecuencia muy importante: desencadenó la entrada masiva de los godos en Hispania y el traslado de la capital de su reino a Barcelona y, mas tarde, en el año 551, a Toledo.
El reino de Toledo
El ejercicio del poder nunca fue fácil para los monarcas visigodos. Inmersos en graves conflictos dinásticos y en luchas por el trono, los reyes visigodos de Toledo gobernaron su reino rodeados de traiciones, conjuras y asesinatos. Durante la primera mitad del siglo VI, la anarquía fue norma habitual. Sólo el ascenso al trono de Leovigildo en 569 dio comienzo a un periodo de calma interna, aunque cuajado de guerras de expansión y de dominio para el sometimiento de los pueblos hispanos periféricos, que no acababan de acatar al soberano de Toledo.
Entre ellos, los suevos, un pueblo germánico que había dominado todo el noroeste peninsular desde principios del siglo V hasta el año 585, en que fue defmitivamente derrotado por los visigodos. A fines del siglo VI, los reyes visigodos dominaban buena parte de la península Ibérica y la Septimania, aunque debían enfrentarse a focos rebeldes en la cordillera del norte y en regiones periféricas y montañosas, ademas de haber tenido que ceder a los bizantinos una amplia franja en la costa mediterránea, desde Valencia hasta Cádiz.
Desaparecido el Imperio de Occidente en 476, antiguas unidades tribales indígenas recuperaron su ancestral sentido de la independencia y lograron una autonomia prácticamente total con respecto al reino visigodo, Esas tribus radicaban sobre todo en las cordilleras hispanas y especialmente. en las montañas del norte. Algunas de ellas, pertenecientes a pueblos tan antiguos como los cántabros y los vascones, no sólo se habian emancipado del poder central, sino que hostigaban a los godos desde sus bastiones montañosos septentrionales. Los reyes visigodos sobre todo desde Leovigildo (569-586), pusieron en marcha numerosas y repetidas campanas militares para sofocarlos y someterlos a su dominio. Cada primavera, sin excepción, el ejército visigodo se concentraba en Toledo y desde alli, bajo las órdenes del rey, salía en expedición hacia el norte o el este.
Con el propósito de controlar estos territorios, Leovigildo fundó las ciudades de Vitoria y Amaya. para desde ellas hostigar a los vascones y los cántabros, y la de Recópolis en el centro de la Peninsula, a orillas del Tajo y aguas arriba de Toledo, en honor de su hijo Recaredo, a quien asoció al trono.
Godos e hispanos, aislados.
La corte real de Toledo se organizó a modo de una pequena corte imperial, pero sus soberanos y la nobleza nunca lograron identificarse por completo con la mayoría de la población a la que gobernaban. El Estado fue monopolizado por una clase nobiliaria que aumentó sus privilegios en tanto la mayoria hispanorromana quedaba sometida y marginada del poder y la minoria judía sufría persecuciones y desprecios que provocaron su animadversión hacia la clase dirigente visigoda. En esa situación, la Iglesia se convertió -sobre todo tras el III Concilio de Toledo del año 589- en una institución fundamental,vivero de los intelectuales más notables de la época, como el obispo Braulio de Zaragoza. San Leandro, el obispo Tajón o san Isidoro de Sevilla. la figura cumbre de la Iglesia hispanogoda y autor de las "Etimologias", una especie de enciclopedia del saber antiguo. sistematizado por este obispo sevillano a comienzos del siglo VII.
Compuesto por unos doscientos mil individuos, frente a una población hispamorromana de unos cuatro millones, el pueblo visigodo configuró una minoría dominante en lo politico y lo militar en la que unas mil quinientas familias que constituían una casta aristocrática y guerrera (integrada por una nobleza de sangre a la que se sumó otra de servicio a causa de sus prestaciones militares), acapararon el gobierno del Estado visigodo y la propiedad de la tierra, junto con una casta de terratenientes de origen hispanorromano. Visigodos e indígenas no se mezclaron. y esa situación de aislamiento provocó un rechazo mutuo o al menos un desinterés. Además, los hispanorromanos eran mayoritariamente católicos, en tanto los visigodos profesaban la herejia arriana, lo que en el siglo VI contribuyó a ahondar las diferencias ya existentes entre ambos grupos. En 660 se promulgó el "Liber ludiciorum" o "Libro de los Juicios", que equiparó en algunas cuestiones a visigodos e indigenas.
Pero, situados al margen de la mayoría de la población, los visigodos mantuvieron el monopolio del poder en el Estado.
La descomposicion del reino visigodo.
En el seno de la nobleza visigoda, las luchas por el poder seguían siendo habituales. A mediados del siglo VII se avivaron los enfrentamientos entre bandos rivales de la nobleza, que incrementaron esas pugnas intestinas por el poder. La monarquia comenzó a debilitarse y las conjuras nobiliarias estallaron con virulencia. El rey Wamba fue víctima de una conspiración que lo depuso en el ano 680. El enfrentamiemo entre nobles godos alcanzó entonces una enorme magnitud y se dividieron en dos bandos: uno de ellos alzó al trono al rey Ervigio, lo que desencadenó el estallido de una guerra civil en la que triunfaron los partidarios de Egica. quien asoció al trono a su hijo Witiza. En 710 nobles que habían aupado a Ervigio proclamaron rey a Rodrigo y se reanudó la guerra civil en la que los hijos de W¡tiza reclamaron sus derechos al trono y se los disputaron a Rodrigo considerado un advenedizo.
Tras más de dos siglos de dominio visigodo en la Peninsula, la relación entre los germanos y los hispanos seguía siendo nula. Los monarcas y la nobleza visigoda vivían al margen de la población indígena aislados en sus ciudades y en sus villas señoriales, sin llegar jamás a la conjunción y fusión que por ejemplo, protagonizaron los francos con los galorromanos. Por eso. cuando a mediados de julio de 711 los musulmanes derrotaron a los visigodos en el sur de la actual provincia de Cadiz y liquidaron a todo el ejército encabezado por el rey Rodrigo. La inmensa mayoria de la población de origen hispanorromano no movió un solo dedo en su defensa pues no consideraba a esos monarcas germánicos como a sus reyes. Ni un solo indígena se puso de su lado, y dejaron que la invasión islámica se extendiera por la Peninsula sin resistencia. Nadie ajeno al sector de la nobleza que apoyaba a Rodrigo o a la cupula dirigente católica lamentó la mas tarde llamada "perdida de España".
En una sola batalla el reino de los visigodos pasó a ser história. La huella visigoda y su influencia cultural en la Peninsula fueron mínimas pero a fines del siglo IX los monarcas leoneses buscaron en el desaparecido reino visigodo un precedente que justificara la existencia de los nuevos reinos cristianos del norte peninsular, su legitimidad histórica y su razón de ser política ante los musulmanes de al-Andalus. y ordenaron escribir crónicas en las que se proclamaron herederos del perdido reino de Toledo lo que dio origen a la llamada Reconquista. Aquello fue una tergiversación del pasado. pero todavia hoy algunos siguen sosteniendo esos mismos postulados.
Por José Luis Corral, publicado en la revista "Muy Historia". n.39, enero-febrero de 2012. Digitalizado, adaptado y ilustrado por Leopoldo Costa para ese sitio.
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