1.11.2019

SOCIEDADES SECRETAS - 10 GRUPOS OCULTOS QUE DOMINAN EL MUNDO.



INFLUYENTES, HERMÉTICAS, SINIESTRAS, ETERNAS.

EN RIGOR, UNA SOCIEDAD SECRETA ES AQUELLA QUE EXIGE A SUS MIEMBROS OCULTAR SU FILIACIÓN A LA MISMA, LOS RITOS QUE FORMAN PARTE DE SU PARAFERNALIA, LAS ACTIVIDADES QUE DESARROLLA Y LOS OBJETIVOS QUE PERSIGUE. OBVIAMENTE, SI LOS INTEGRANTES DE ESTOS GRUPOS SE HUBIESEN ATENIDO A LAS PREMISAS ANTERIORES, MUY POCO O NADA SABRÍAMOS DE ESTAS ORGANIZACIONES A PRIORI SECRETAS. PERO ALGO SABEMOS. DE AHÍ QUE TÉRMINOS COMO MASÓN O ROSACRUZ RESULTEN CASI FAMILIARES, Y QUE CUALQUIER AFICIONADO A LAS CONSPIRACIONES SEA CAPAZ DE ELABORAR UNA LARGA LISTA DE SOCIEDADES SECRETAS. CONFIAMOS EN QUE LAS DIEZ QUE HEMOS SELECCIONADO PROPORCIONEN UNA VISIÓN DE CONJUNTO DE ESTAS POLÉMICAS ORGANIZACIONES.

Estarán conmigo en que, separadamente, una escuadra y un compás son dos objetos inocuos. No obstante, si los vemos plasmados juntos en un emblema adquieren una dimensión que los aleja de la función para la que fueron fabricados. De hecho, pronto asumimos que tras dicho símbolo se esconde la que probablemente sea la sociedad secreta más célebre e influyente de todos los tiempos: la francmasonería. Desde luego, hay muchas más, tantas que no cabrían en las cien páginas de esta revista.

A continuación les presento un ránking de organizaciones más o menos secretas, entre las que encontrarán alguna mal llamada secta, sociedades discretas –si fuesen verdaderamente secretas no las conoceríamos–, siniestras facciones de carácter político y modos violentos, y clubes o fraternidades aparentemente inocentes que, sin embargo, manejan los resortes de importantes contubernios.

1. ORDEN DE LOS ISMAILITAS

Alamut, una fortaleza casi inexpugnable, perdida en el macizo de Elburg, en la provincia de Qazvin (Irán). Alamut suena a leyenda, casi a cuento de hadas o, mejor, a cuento de terror. Pero el castillo y sus moradores existieron, si bien las historias que se tejieron a su alrededor han podido exagerarse o tergiversarse, como suele ocurrir con esta clase de relatos. Del «Nido de águilas» –ese parece ser el significado del topónimo– apenas quedan unas ruinas, pero su posición dominante sobre los valles de la remota Qazvin y su ubicación a más de 2.000 metros de altura dan idea de su inaccesibilidad. Aunque eso no detuvo a Hasan ibn Sabbah (1034-1124), también conocido como el Viejo de la Montaña, que conquistó Alamut alrededor del año 1090 de nuestra era.

Porque el Viejo de la Montaña no era un cándido eremita o un anciano venerable con pretensiones sencillas. Nada de eso. Hasan ibn Sabbah buscaba la Verdad, el Conocimiento Oculto, y estaba dispuesto a todo para alcanzar lo que ansiaba. Por eso tomó Alamut y convirtió la fortaleza en una especie de axis mundi desde el cual asomarse al paraíso, pero sin perder de vista a los muchos enemigos que fue granjeándose con el tiempo y que vigilaban día y noche las almenas de su castillo. Más o menos eso viene a contarnos Marco Polo en 'Il Milione' (El Millón), título original de su célebre libro de viajes, obra que popularizó en Europa la «leyenda» de Alamut y el Viejo de la Montaña, y en la que describía la fortaleza de la siguiente manera: «Tenía todo tipo de frutos, y los más hermosos palacios del mundo, decorados en oro con figuras de animales y pájaros. Había conducciones por las que fluían agua, miel y vino. Hermosísimos donceles y doncellas cantaban, tocaban y bailaban maravillosamente.

El Viejo les hacía creer que aquello era el paraíso (…) En aquel jardín sólo dejaba entrar a aquellos a los que quería convertir en asesinos. A la entrada había un castillo tan fuerte que nadie podía burlarlo. En su corte el Viejo tenía sólo a adolescentes de doce años que consideraba aptos para convertirse en hombres valerosos ». Dado el tono del relato, no es raro que los lectores europeos lo interpretaran como una simple fábula, pero la historia de Alamut, el Viejo de la Montaña y sus jóvenes «asesinos» tiene visos de ser cierta, al menos parcialmente.

Erudito de origen persa y precursor de la nueva predicación o da’wat de los ismailitas nizaríes, Hassan ibn Sabbah no ha pasado a la posteridad como un reformador religioso con anhelos de trascendencia, sino por haber sido el inspirador y líder supremo de los llamados hashshashín, también conocidos como Secta de los Asesinos, debido a que la comunidad religiosa que fundó y dirigió habría utilizado el homicidio como estrategia política. No obstante, conviene aclarar que la historia de Ibn Hassan y sus hashshashín no la escribió él sino sus enemigos, y que los detalles de la misma que llegaron hasta Europa provenían de fuentes escasamente documentadas o espurias: el fantasioso libro de viajes de Marco Polo y las crónicas de la época de las Cruzadas.

En esencia, Hasan ibn Sabbah fue un líder carismático que dirigió una corriente espiritual heterodoxa, la Orden de los Ismailitas, influida por el gnosticismo, el sufismo y otras corrientes religiosas oriundas de Persia y Egipto, y más parecida a la Orden del Temple que a una secta criminal. En cuanto al término hashshashín –o hashishin–, parece haber acuerdo en que los seguidores del Viejo de la Montaña eran consumidores de cáñamo índico, aunque no podemos descartar que tal acusación fuese una invención de los enemigos de Sabbah. Diversas fuentes históricas coinciden en que la fortaleza de Alamut fue finalmente asaltada e incendiada por los mongoles.

Sin embargo, esoteristas árabes apuntan a que la tradición del Viejo de la Montaña fue continuada por algunos de sus acólitos, que hallaron refugio en otras fortalezas de Qazvin. Esta última hipótesis enlaza con investigaciones recientes, según las cuales existe una conexión evidente entre los atentados suicidas del Daesh y las tácticas homicidas de los Asesinos de la Montaña.

2. DRAGONES EN JAPÓN

Japón ha sido pródigo en organizaciones secretas, la mayoría de carácter ultranacionalista. Una de las más representativas fue la Sociedad del Dragón Negro (Kokuryukai, en japonés) o Sociedad del Río Amur (Amur significa «dragón negro» en manchú), fundada en 1901 por Uchida Ryohei. En realidad, la Sociedad del Dragón Negro fue una especie de ramificación de la Sociedad del Océano Negro o Genyosha, una peligrosa organización dirigida por samuráis muy activa en la Era Meiji, la Era Taisho y el comienzo de la Era Showa del Imperio de Japón. De hecho, Uchida Ryohei fue un alumno aventajado de Toyama Mitsuru, fundador de Genyosha, considerado el ideólogo ultranacionalista, panasianista e imperialista más influyente de la historia de Japón. No obstante, si su mentor siempre tuvo a China en el punto de mira, inicialmente Uchida centró sus objetivos en combatir el expansionismo ruso en Asia o, más concretamente, en la vasta provincia china de Manchuria, separada de Siberia a través de la frontera natural del río Amur.

Básicamente, la Sociedad del Dragón Negro fue una escuela para la formación de espías, saboteadores y asesinos, constituyendo una red criminal que llegado el momento sirvió a las órdenes e intereses del Ejército Imperial y los servicios de inteligencia japoneses. Pero la Kokuryukai no sólo planeó y ejecutó acciones violentas. Uno de los puntos fuertes de los miembros de la Sociedad del Dragón Negro era su sólida preparación para la guerra psicológica y las campañas de desinformación, materias en las que eran unos auténticos maestros.

En este sentido, el historiador norteamericano Richard Spence (Universidad de Idaho) especula con que la Kokuryukai era el rostro visible de una organización doble, siendo la rama oculta o secreta de la misma un misterioso grupo llamado Sociedad del Dragón Verde, facción esotérica de la que incluso habrían formado parte «agentes el sacerdote budista y estudioso de las religiones Brian Daizen Victoria sostenía en su libro 'Zen at war' (El Zen en guerra) que la Sociedad del Dragón Negro se reconstituyó en 1961 como Club del Dragón Negro, una organización de carácter ultrasecreto y con poco más de un centenar de miembros que tal vez siga actuando en nuestros días.

3. LOS NUEVE DESCONOCIDOS

Ashoka Vardhana el Grande, líder del mayor imperio unificado de la India, el Imperio Mauria (320 a. C. hasta 185 a. C), detuvo sus ansias expansionistas después de que su ejército conquistara la región de Kalinga, que se extendía desde Calcuta a Madrás, tras una serie de campañas en las que murieron más de cien mil soldados enemigos. Según parece, el implacable emperador se horrorizó ante la masacre que él mismo había provocado, y al regresar a la corte y reflexionar sobre lo sucedido decidió que debía cambiar el rumbo de su vida. Fue entonces cuando se volcó en cultivar su mente y su espíritu, fruto de lo cual accedió a los misterios de la materia y al dominio de la psicología colectiva, al tiempo que abrazaba gradualmente el budismo, hasta alcanzar una especie de iluminación calculada.

Pero Ashoka Vardhana jamás olvidó sus experiencias pasadas y, temeroso de que los extraordinarios conocimientos que acababa de adquirir terminaran en malas manos, buscó la ayuda de un reducido grupo de hombres para preservarlos con el mayor de los sigilos. Fue entonces cuando «Ashoka funda la más poderosa sociedad secreta de la Tierra: la de los Nueve Desconocidos», escriben Louis Pauwels y Jacques Bergier en El retorno de los brujos. «Se dice aún que los grandes responsables del destino moderno de la India, y sabios como Bose y Ram, creen en la existencia de los Nueve Desconocidos –prosiguen Pauwels y Bergier–, e in cluso reciben de ellos consejos y mensajes. La imaginación entrevé la fuerza de los secretos que pueden deten tar nueve hombres que se lucran directamente de las experiencias, de los trabajos, de los documentos acumulados durante más de diez decenas de siglos. ¿Cuá les son los fines de estos hombres? No dejar que caigan en manos profanas los medios de destrucción».

Obviamente, la naturaleza de lo revelado por los autores de El retorno de los brujos despertó más de una suspicacia entre sus críticos, pese a que Pauwels y Bergier citan en su libro fuentes que ellos consideraron dignas de crédito. Por ejemplo, el abogado, escritor y esoterista Louis Jacolliot, que ejerció como cónsul en la India entre 1865 y 1869.

Jacolliot, cuyos trabajos influyeron en pensadores tan dispares como Friedrich Nietzsche y Helena Blavatsky, creía firmemente en la existencia de los Nueve Desconocidos, aduciendo que éstos dominaban materias como la libe ración de la energía, la esterilización por radiaciones y la guerra psicológica, algo insólito si tenemos en cuenta que Jacolliot se refirió a estas técnicas en 1890. «La hipótesis de una esterilización por radiaciones aparece en la obra de Jacolliot cien años antes de que se sepa que tal fenómeno es posible –subrayan Pawles y Bergier–. Estas radiaciones, según Jacolliot, provendrían de un templo secreto excavado bajo el lecho del Ganges. Al margen de las agitaciones religiosas, sociales y políticas, resueltas y perfectamente disimuladas, los Nue ve Desconocidos encarnan la imagen de la ciencia sere na, de la ciencia con conciencia. Dueña de los destinos de la Humanidad, pero absteniéndose de emplear su propio poderío, esta sociedad secreta constituye el más bello homenaje de la libertad en las alturas. Vigilantes en el seno de su gloria oculta, estos nueve hombres con templan cómo se hacen, deshacen y rehacen las civiliza ciones, menos indiferentes que tolerantes, prestos a ayudar, pero siempre en este orden del silencio que es la medida de la grandeza humana», concluyen los investigadores, sugiriendo que la ardua pero discreta tarea de los Nueve Desconocidos continúa en la actualidad.

4. ORDEN ROSACRUZ

Más discreta que secreta, la Orden Rosacruz apareció citada por vez primera en la 'Fama Fraternitatis', un manifiesto publicado en Kassel, Alemania, en el año 1614. Pese a que nadie firmó esta obra ocultista, son mayoría los investigadores que la atribuyen a Johann Valentin Andreae (1586-1654), un pastor luterano que aspiraba a crear una Fraternidad Rosacruz de carácter cristiano. Como no pocas sociedades secretas, la fundación de la Orden Rosacruz corrió a cargo de un misterioso personaje probablemente legendario, Christian Rosenkreuz (literalmente Christian Cruz de Rosas), pese a que en la Fama y en manifiestos posteriores se ciertos numerosos datos de su biografía.

Sea como fuere, Rosenkreuz es descrito como un místico alemán que aprendió la sabiduría secreta –las ciencias ocultas– entre maestros árabes, gracias a un largo periplo que le llevó a Tierra Santa, Egipto, Marruecos y un lugar mítico llamado Damcar. Tras regresar a Alemania, Rosenkreuz decidió compartir los conocimientos adquiridos con un reducido grupo de personas, las mismas que integraron la primitiva Orden Rosacruz en 1407. Pese a que esta misteriosa sociedad se extinguió en 1484 con la muerte de su fundador, la Orden «renació» en varias ocasiones y en la actualidad son varios los grupos que se arrogan haber recogido el testigo de la tradición netamente esotérica iniciada por Christian Rosenkreuz, tradición que persigue el conocimiento perfecto de Dios a traves de Jesucristo, una íntima comunión con la naturaleza y el universo, y la exaltación de los valores y capacidades ocultas o superiores de los seres humanos.

5. FRANC MASONERÍA

Existen pocas dudas acerca de la participación de la masonería en acontecimientos históricos de capital importancia, como por ejemplo la fundación misma de los Estados Unidos de América, de ahí que esta organización sea frecuentemente señalada como la más influyente de las sociedades secretas. En realidad, más que por designios o planes preestablecidos de esta institución, la causa de dicha influencia hay que buscarla en la relevancia social y política que han tenido –y siguen teniendo– algunos de sus miembros. Washington, Bolívar, Churchill y un largo etcétera de célebres apellidos son citados a menudo cuando se habla o escribe sobre masones famosos, si bien el apelativo «famoso» horrorizará a cualquier masón que se precie de serlo. Porque la masonería –o franc masonería–, al menos en sus orígenes, hizo de la discreción una de sus principales virtudes, prudencia que fue perdiéndose con el transcurso de los siglos y la aparición de grupos disidentes de la institución original. Debido a ello, es difícil responder a la pregunta de qué es la masonería, aunque resulte más sencillo enumerar algunas de sus cualidades u objetivos originales.

Así, la masonería histórica nació como organización de carácter secreto, iniciático, jerárquico, filantrópico y fraternal –entre otras aspiraciones–, siendo sus objetivos la búsqueda de la verdad, el estudio de las ciencias y de las artes, y el fomento del desarrollo moral tanto del individuo como de la sociedad, todo ello en el marco de una estructura que ejemplificaba tales objetivos mediante un entramado de símbolos y alegorías fácilmente identificables, pues prácticamente todos se tomaron de la albañilería o, como diría un masón, del «Arte Real de la Construcción ». Sin embargo, tal y como ocurre con otras sociedades secretas, cierta masonería propone un origen más remoto de la organización, de manera que en vez de a los constructores de catedrales medievales, habría que retrotraerlo a los artífices de las pirámides del Antiguo Egipto. En sentido similar, tampoco faltan masones que reivindican para sí mismos no un origen más antiguo, sino mítico.

Así, una de las leyendas más conocidas de la masonería atribuye la «primera piedra» de la Orden a Hiram Abif, identificándolo como el arquitecto del Templo de Salomón, en Jerusalén, si bien aquí es oportuno precisar que la intención de señalar al legendario Hiram es más alegórica que otra cosa.

Leyendas improbables aparte, los reputados investigadores Michael Baigent y Richard Leigh tienen claro que «en su forma actual, la masonería data específicamente del siglo XVII. De hecho, es un producto singular del pensamiento y las circunstancias del siglo XVII, una síntesis de las múltiples ideas y percepciones producidas por las convulsiones que tuvieron lugar en la religión, la filosofía, la ciencia, la cultura, la sociedad y la política occidentales (…) La masonería actuó como una especie de aglutinante, un agente de conexión que sirvió para mantener unidos –de un modo en que la Iglesia católica ya era incapaz de conseguir– los diversos elementos y componentes de un mundo fragmentado», sostienen Baigent y Leigh en su libro The Temple and the Lodge (1989.

6. ILUMINADOS DE BAVIERA

Adam Weishaupt (1748-1830), profesor de derecho eclesiástico y filosofía en la Universidad de Ingolstadt, en Baviera (Alemania), creía firmemente que ese estado de preclaridad interior conocido como iluminación estaba al alcance de todo el mundo y al margen de la fe. Además, Weishaupt proponía la vía racional –no mística o

religiosa– para lograr dicha meta. Con esta premisa, el 1 de mayo de 1776 fundó la Asociación de los Perfectibilistas, eligiendo como símbolo de la organización el mochuelo de Atenea, diosa griega de la sabiduría.

Dicho así, parecería que el mismo Weishaupt sufrió una especie de iluminación al estilo de Pablo de Tarso. Nada de eso. De origen judío aunque convertido al cristianismo, Adam Weishaupt era un respetable burgués educado en los jesuitas y con un brillante futuro ante sí. No obstante, Weishaupt había tomado las riendas de su educación siendo muy joven, cuando se encerraba en la biblioteca de su tío para leer a los filósofos franceses, cuyas ideas anti monárquicas y anti religiosas calaron hondo en su inquieto intelecto. Al poco de emprender su trabajo como docente, Weishaupt se convirtió en la oveja negra del profesorado debido a su talante liberal.

Como resultado, no sólo quedó aislado profesionalmente sino que en 1784 el Gobierno bávaro dictó contra él un edicto de busca y captura. Para entonces, Adam Weishaupt ya había rebautizado su sociedad secreta con el nombre de Orden de los Iluminados. Con una estructura jerarquizada inspirada en la masonería, los Iluminados de Baviera emprendieron una cruzada laica en contra de la superstición, los prejuicios, los abusos de poder del Estado y, sobre todo, contra la influencia de la Iglesia en la vida pública. Por si fuera poco, Weishaupt y los suyos pregonaban su apoyo a la educación de la mujer y la igualdad entre los sexos, y defendían el ateísmo. En fin, demasiado para las autoridades bávaras de finales del XVIII. Como consecuencia, el duque elector de Baviera declaró a los Iluminados fuera de la ley, disolviéndose la Orden en 1785. Adam Weishaupt acabó siendo recluido en una pequeña población al norte de Baviera, lo que no le impidió publicar varios manifiestos con el ideario de la Orden.

Según la versión oficial de la historia, los Iluminados de Baviera fueron ferozmente perseguidos por las autoridades bávaras. Sin embargo, varios integrantes de la sociedad secreta lograron escapar y cruzar el Atlántico, fundando en EE UU un grupo de Iluminados americanos. Probablemente estos últimos constituyeron el germen de lo que en tiempos recientes conocemos como Illuminati, una siniestra organización que conspira desde las sombras para instaurar un Nuevo Orden Mundial. Sea o no cierto, los Illuminati suelen aparecer como principales culpables en las más diversas y alambicadas teorías de la conspiración, relatos que los vinculan con siniestras actividades en los ámbitos de la política y la economía. Curiosamente, buena parte de la responsabilidad de su insólito protagonismo la tienen varias novelas de éxito e incluso alguna que otra película; o sea, obras de ficción. Esto último, claro está, no desanima a quienes les consideran una amenaza real para el futuro de la humanidad.

7. ORDEN MARTINISTA

Fundada en 1891 por los ocultistas franceses Augustin Chaboseau y Gerard Anaclet Vincent Encausse –más conocido como Papus– (en ambas fotografías), la Orden Martinista surgió de la necesidad de transmitir las doctrinas del teúrgo y teósofo Martínez de Pasqually y, sobre todo, del gran místico y esoterista Louis-Claude de Saint-Martin, de quien esta orden tomó su nombre. Dividida en grados como la mayoría de órdenes o sociedades secretas, la Martinista hizo suyas las aspiraciones místico cristianas de Pasqually y Saint-Martin, si bien las envolvió en una serie de «operaciones» iniciáticas harto complicadas.

No obstante, los objetivos de la Orden eran los mismos que los de sus inspiradores, resumiéndose estos en una búsqueda interior al objeto de recuperar las condiciones anteriores a la Caída del hombre. En palabras de Saint-Martin, «el ser humano es un angel caído, pero su voluntad y libre albedrío lo llevarán de nuevo a la luz de donde vino». Muy lejos de la mala fama de otras sociedades secretas, la Orden Martinista original y sus sucesoras actuales encarnarían la cara amable de estas polémicas organizaciones.

8. PRIORATO DE SIÓN

Si como afirman sus detractores se trata de un mito, hay pocos tan bien elaborados y con más influencia sobre la cultura popular como el del Priorato de Sión. El principal culpable de esto último fue el escritor estadounidense Dan Brown, quien a través de su best-seller El código Da Vinci (2003) instaló en el inconsciente colectivo –o al menos en el de 80 millones de lectores– la idea de que en verdad existe una conspiración en torno a una sociedad secreta –el Priorato de Sión– vinculada a un supuesto linaje secreto de Jesucristo.

No obstante, hemos de subrayar que Brown no fue el primero en difundir tal argumento, prolijamente expuesto dos décadas antes en "The Holy Blood and the Holy Grail" (retitulado en España como El enigma sagrado), un libro apasionante y parcialmente histórico escrito por los investigadores británicos Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln.

Pero una cosa es que Jesús de Nazaret se casara con María Magdalena y que su descendencia enlazara con una monarquía europea –en este caso la dinastía merovingia–, y otra que una sociedad secreta llamada Priorato de Sion lleve más de un milenio persiguiendo instalar en los tronos de Francia y el resto de Europa al heredero –o heredera– de dicho linaje. Para empezar, ¿existe o existió algo parecido a un Priorato de Sión? En rigor, la respuesta a esta pregunta es afirmativa, pues una organización con dicho nombre fue inscrita en el Boletín Oficial de la República Francesa (número 167, página 6731) el 20 de julio de 1956. Sin embargo, los críticos con la legitimidad del Priorato de Sión suelen recalcar que el anuncio de su fundación en pleno siglo XX choca con la teoría de que dicha institución se creó en tiempos de las Cruzadas, argumento un tanto débil porque la obligación de un registro jurídico no implica que la «cosa» registrada sea más o menos antigua. Por otra parte, aluden a que el responsable de la inscripción del Priorato fue un personaje con oscuros antecedentes, relacionado con la extrema derecha y con organizaciones antisemitas en la Francia de Vichy.

Me estoy refiriendo a Pierre Plantard (1920-2000), un político francés al que suele acusarse de haber inventado o falseado la mayoría de detalles concernientes al origen y objetivos del Priorato de Sión, incluida la pretensión de que la organización que él había registrado en 1956 retrotraía su origen a 1099, en tiempos de la Primera Cruzada, año de fundación de la Orden de Sión o Priorato de Nuestra Señora de Sión, una orden medieval, militar y religiosa dirigida supuestamente por Godofredo de Bouillón y que mantuvo abadías en Tierra Santa, Italia y Francia. Como quiera que los miembros de esta orden se integraron en la Compañía de Jesús en el siglo XVII, los historiadores dan por sentado que la misma cesó sus actividades en aquella época, de manera que Plantard no habría podido recoger el testigo de unaorganización inexistente.

No obstante, sabemos muy poco acerca de la Orden de Sión, y mucho menos sobre si entre sus fines estaba el de proteger el trascendental secreto del linaje de Jesús y María Magdalena (o instaurar tan sagrada dinastía en los tronos europeos). Por otra parte, el hecho de que la antigua Orden de Sión desapareciera formalmente no invalida que sus objetivos fuesen asumidos por alguna sociedad secreta en tiempos posteriores, se apellidara Sión o adoptase cualquier otro nombre. Sea como fuere, la historia de Pierre Plantard y su Priorato de Sión fue enredándose con el transcurso de los años, sobre todo después de que éste presentara unos manuscritos supuestamente originales para avalar la misma. En ellos despuntaba la figura de Bérenger Saunière, párroco de la localidad francesa de Rennes-le-Château y depositario de un misterioso legado que demostraría que los miembros de la dinastía merovingia eran descendientes de Jesús de Nazaret.

La opinión de los expertos es que tanto los documentos adjuntados por Plantard como el resto de sus reivindicaciones formaban parte de un aparatoso fraude urdido para sostener sus aspiraciones políticas. Lo que no ha impedido que los turistas hagan cola para visitar Rennes-le-Château y que algunos escritores hagan caja a costa de este tan polémico como fascinante argumento.

9. SKULL & BONES

Que una sociedad secreta ado un guiño a la masonería, pero las apariencias engañan. Skull & Bones es una organización profundamente elitista que desprecia los usos democráticos y celebra groseros rituales iniciáticos. Todo ello bajo el prestigioso pero ultraconservador paraguas de la Universidad de Yale, donde fue fundada en 1832 por Alphonso Taft y William Huntington Russell, a la sazón miembros de la sociedad académica Phi Beta Kappa, cuyo lema continúa siendo «celebrar y promover la excelencia en las humanidades y las ciencias». Pues bien, para que se hagan una idea de qué entendían Taft y Russell por «promover la excelencia», baste decir que el primero terminó siendo Ministro de la Guerra y el segundo estuvo presuntamente involucrado en el tráfico de opio a gran escala. Eso sí, de un modo u otro ambos prosperaron, sembraron las semillas de sendas y poderosas dinastías, y sirvieron de «ejemplo» a generaciones de miembros de Skull & Bones, algunos de los cuales terminaron siendo ¡presidentes de EE UU!

Porque, eso sí, pertenecer a esta sociedad secreta nacida en Yale es garantía de éxito en la política, en los negocios o, mucho mejor, en ambos ámbitos. No obstante, tanto éxito comenzó a despertar las sospechas de numerosos observadores imparciales o no tanto, de ahí que esta organización haya sido acusada –lo sigue siendo en nuestros días– de perpetrar toda clase de iniquidades. «La asociación Skull & Bones ha inspirado una importante literatura conspiracionista que responsabiliza a sus miembros del escándalo Watergate, la invasión de Bahía de Cochinos e incluso del asesinato de John F. Kennedy.

Gracias a sus conexiones con el mundo de los negocios, sobre todo con el sector bancario, estos antiguos compinches de la Universidad de Yale controlarían las finanzas mundiales, y hasta el porvenir del planeta», puede leerse en la web Voltairenet. En fin, tampoco es de extrañar que los acólitos de esta sociedad secreta ejerzan cierto dominio del mundo, puesto que en el seno de Skull & Bones continúan formándose las 20 ó 30 familias más poderosas de EE UU, primera potencia del planeta. Otra «acusación» aparentemente bien fundada es la que advierte de que esta sociedad secreta es la cantera de altos cargos de las principales agencias de inteligencia estadounidenses, como la CIA y la Oficina de Servicios Estratégicos, a tal punto que el apelativo spook (espectro) con el que se designa coloquialmente a los miembros de Skull & Bones, también se utiliza –en argot– para referirse a alguien que se dedica al espionaje.

El mejor ejemplo de lo anterior lo encarna George H. W. Bush, ilustre miembro de Skull & Bones, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y 41° presidente de EE UU. A eso se le llama «promover la excelencia».

10. LOS AMOS DEL MUNDO VAN DE ACAMPADA

Una vez al año, a finales de julio, el pequeño aeropuerto Charles M. Schulz, en el condado de Sonoma (EE UU), presenta un tráfico inusualmente denso, en su mayoría jets privados a bordo de los cuales viajan algunos de los hombres más poderosos del mundo. Todos ellos forman parte del Bohemian Club, una institución de confuso ideario cuya membresía ha sido acusada nada menos que de conspirar contra la humanidad. Y es que nadie sabe a ciencia cierta qué vienen a hacer los integrantes de tan selecto club a este recóndito paraje californiano o, más concretamente, al Bohemian Grove (Bosque Bohemio), un «campamento veraniego» que se celebra en una enorme propiedad situada en una arboleda de gigantescas secuoyas bañada por el río Ruso, finca en la que durante dos semanas y siempre entre los meses de julio y agosto se dan cita ex presidentes y futuros candidatos a la presidencia de EE UU –y de otros países–, directivos las mayores transnacionales del planeta y destacadas figuras de las artes y las ciencias.

En un número cercano a los 2.500, los asistentes o «bohos» –su apodo– se reparten en 119 pequeños campamentos bautizados con exóticos nombres (Mandalay, Nido de Lechuzas, Ángeles Caídos…), cuyos miembros se agrupan en función de su procedencia o afinidad de intereses. Duermen en Quiroga –ex presidente de Bolivia– y William Reilly –ex administrador de la Agencia de Protección Medioambiental de EE UU–, entre otros. Obviamente, nadie se cree que todas estas personalidades acudan al Bosque Bohemio a hacer camping. ¿Qué se cuece de verdad en el Bohemian Grove?

En realidad, la larga historia de este singular campamento Grove se ha visto salpicada de incesantes rumores que lo vinculan con actividades que nada tienen que ver con esa edulcorada versión oficial. Desde que en estos encuentros se designa a los futuros presidentes de EE UU, hasta decisiones mucho más graves como el desarrollo de la primera bomba atómica (el conocido como Proyecto Manhattan) o la puesta en marcha de operaciones militares a gran escala (la invasión de Irak, por poner un ejemplo). Eso sin olvidar otras teorías conspirativas que acusan a los «bohos» de celebrar orgías sexuales, prácticas de control mental, satanismo e incluso sacrificios humanos, especulaciones surgidas a raíz de la difusión de fotografías y filmaciones captadas secretamente en el Grove.

SECRETO OBLIGA

Como indiqué al principio del artículo, en este breve repaso a lo que conocemos como sociedades secretas no están todas las que son, pues habría resultado imposible reunirlas a todas en estas pocas páginas. No obstante, las diez que forman parte de este informe resultan representativas dado el carácter heterodoxo de esta clase
de organizaciones.

Obviamente, debo insistir en que entre las sociedades que les he presentado no hay ninguna verdaderamente secreta, pues de lo contrario ni siquiera conoceríamos su nombre y mucho menos el perfil de sus miembros, intereses y objetivos.

Secreto obliga.

En cualquier caso, varias –si no todas– de las que integran este ránking han tenido una participación decisiva en acontecimientos históricos de enorme trascendencia, o han sembrado las simientes de inquietantes sucesos que están por venir. Como ha ocurrido tantas veces en el pasado, el futuro de la humanidad siempre estará en manos de unos pocos, visibles o no.

Texto de Francisco González en "Año Cero,España, año XXVII n. 12-317 pp.10-21. Digitalizacion, adaptación y ilustración para publicación en ese sitio por Leopoldo Costa.

1 comment:

  1. Me hablaron de un grupo o sociedad alemana llamada los Tanhauser (no se sis e escriba así) pero no he logrado encontrar información sobre ellos. Existen? No se si tienes información sobre este grupo. Gracias

    ReplyDelete

Thanks for your comments...