1.16.2012

EL MAPA DE PIRI REIS

El Almirante Piri Muhyi I Din, o también conocido como Piri Reis, realizó un mapa en 1513, que ahora se encuentra en “Topkapi”, Estambul. En este se muestra zonas de América y la Antártica con sorprendente exactitud, mucho tiempo antes de su descubrimiento oficial.

Introducción

Piri Muhyi I Din (1470-1554) fue hijo de Kemal, famoso pirata turco del siglo XV, y al igual que él, fue Almirante (Reis) al servicio del Sultán Selim I. Su pasión fue la cartografía y se dedicó a ella en gran parte de su vida, recolectando y diseñando cientos de mapas de todo el mundo.
El “Kitabi Bahriye”, fue una gran recopilación de 210 antiguos mapas copiados por él y obtenidos de sus saqueos marítimos o comprados a comerciantes en los muchos puertos donde desembarcó. Dentro de esta obra destaca uno creado en 1528 y especialmente otro de 1513, en este se puede apreciar bordeando el océano Atlántico la parte sur occidental de Europa, la parte occidental de Africa, las islas atlánticas, la parte sur oriental de América del Norte, América central, gran parte de América del Sur y la costa Antártica del sur del Atlántico.
Esta recopilación de mapas fue regalada de las manos del mismo Piri al Sultán y allí se pierde registro de su paradero por muchos siglos.
Muchos de estos mapas realizados en los siglos XV y XVI fueron reapareciendo en distintos lugares del mundo, y en 1929 en el Palacio de “Topkapi” de Estambul mientras se realizaba un inventario en los fondos del antiguo edificio se encontró el extraviado mapa de Piri Reis.
Estaba hecho sobre una piel de gacela de 85 x 60 centímetros, rasgado en forma vertical sobre su lado derecho, siendo esta una señal de que quizás el mapa original hubiese sido un mapamundi, incluyendo Asia, Oceanía y el resto de Europa y Africa.
Era el gran mapa realizado en el año 1513. A éste le siguieron otros mapas, así como documentación donde el propio Piri Reis explicaba que para la realización de sus mapas utilizó 20 viejos planos y 8 mapamundi, confeccionados en la época de Alejandro Magno. Recordemos que Piri, por su cargo, era uno de los pocos privilegiados con acceso a Biblioteca Imperial de Constantinopla, la cual a su vez contenía entre sus volúmenes los pocos escritos que quedaban de la Biblioteca de Alejandría, y de los de los imperios Romanos y Griegos. De estas antiguas fuentes, y de las recabadas a lo largo de sus viajes obtuvo los datos cartográficos volcados en sus mapas.
Ahora empiezan los puntos más llamativos sobre este trozo de cuero.

Desarrollo

El mapa de Piri Reis contiene con extremo detalle las costas de Europa y Africa, cosa verdaderamente sorprendente ya que debemos recordar que en 1513 no existían instrumentos que sirviesen de cronómetro (sic!), lo cual impedía a los cartógrafos de la época trazar con precisión las costas que navegaban, ya que no tenían forma exacta de saber cuanto habían navegado, esto desemboca en las clásicas deformaciones visibles en los mapas tradicionales de la época y los posteriores. A su vez el mapa contiene el detallado y preciso contorno de las Américas, Norte, Sur y el caribe, con sus decenas islas y muchos de sus ríos, incluyendo las australes Malvinas, Georgia del Sur, Tierra del Fuego, etc.
La cuestión es que Colón (a quien casualmente se le acusa haber espiado antiguos mapas de Calatrava antes de sus travesías) solo había llegado a descubrir parte del Caribe, fundamentalmente las Antillas, Cuba, y la costa continental de Centro y Sur  América que da al Atlántico en las cercanías de Panamá.
¿Cómo pudo Piri trazar aquel mapa en 1513 en el cual figura en contorno de las Américas si recién se habían vislumbrado los primeros vistazos del centro de dichos continentes (vale la pena aclarar, además se creía que eran parte de las Indias)?.
¿Cómo puede aparecer en dicho mapa las costas de Uruguay y Argentina, incluidos archipiélagos y la misma patagonia, antes de que Magallanes llegara a apenas ver la línea costera patagónica en 1521?.
Aun más extraño es el hecho de que al sur de Tierra del Fuego ¡aparece la península Antártica y muchas de sus islas!.
El mapa no esta realizado como los mapas actuales, en estos últimos, dado a la forma geoide del planeta, se estiran y achatan los contornos de los continentes al acercarnos a los polos para obtener así, sobre un plano rectangular el gráfico de los continentes en forma proporcional a como se muestran en la superficie del geoide.
Esta técnica no existía siquiera en 1513, a su vez, el mapa de Piri fue confeccionado de una manera totalmente distinta a la mayoría de los mapas de la época; este se muestra como si fuese una “foto” del planeta, o sea, las deformaciones en los continentes son las causadas por la curvatura de la Tierra, lo cual produce que el mapa no intente demostrar las proporciones, sino la realidad tridimensional de mares y tierras.
Aquí se desliza otro misterio, ¿acaso ya se conocía la forma geoide de la Tierra?, desde tiempos anteriores a los templarios parece existir ya la idea de que la tierra era “redonda”, la cual Colón resucitó; Y además ¿Cómo pudo ser tan preciso con esta (o cualquier otra) forma de graficar?, recordemos que supuestamente no había manera de medir el tiempo con precisión y en su mapa no existen errores de posición de mas de medio grado.
En las anotaciones adjuntas al cuero de gacela Piri Reis aclara no solo que sus mapas se basan en otros más antiguos, sino que además agrega “Hoy en día no existen mapas como estos”.
Las fuentes cartográficas que Piri utilizó, se desvanecieron con el tiempo, así como la mayor parte de los registros escritos. Cuantas bibliotecas antiguas ardieron; solo basta recordar a la gran biblioteca de Alejandría, donde el fuego hizo perder miles de años de conocimiento acumulado. En la antigüedad, miles de veces sucedió que el vencedor destruía las raíces del perdedor, su cultura, su tradición, y una vez hecho esto el perdedor no tendría ya nada por que luchar, bibliotecas, templos, centros gubernamentales, destruidos incontables veces por las guerras, por maniobras políticas o religiosas, por el saqueo, por las revueltas populares, o también por las inesperadas catástrofes naturales, incendios, inundaciones, terremotos, erupciones, pestes, etc. Después de todo, es casi un milagro que algo haya quedado de los tiempos remotos.
La cuestión de la pérdida de conocimientos por catástrofes naturales es descripta precisamente por Platón en este fragmento del diálogo llamado “Timeo”, en el que Critias, un sabio egipcio, habla con el griego Sócrates:
Critias: “…Y por eso, si se ha realizado alguna cosa bella, grande o digna de nota en cualquier otro aspecto, bien sea entre vosotros, bien aquí mismo, bien en cualquier otro lugar de que hayamos oído hablar, todo se encuentra aquí por escrito en los templos desde la antigüedad y se ha salvado así la memoria de ello. Pero, entre vosotros y entre las demás gentes, siempre que las cosas se hallan ya un poco organizadas en lo que toca a la recensión escrita y a todo lo demás que es necesario a los estados, he aquí que nuevamente, a intervalos regulares, las olas del cielo se echan sobre vosotros y no dejan sobrevivir de entre vosotros mas que a gente sin cultura e ignorantes. Y así vosotros volvéis a ser nuevamente jóvenes, sin conocer nada de lo que ha ocurrido aquí, ni entre vosotros, ni entre los tiempos antiguos. Pues la genealogía que acabas de citar, ¡oh Solón!, o que al menos acabas de reseñar aludiendo a los acontecimientos que han tenido entre vosotros, se diferencian muy poco de los cuentos de niños. En principio, vosotros no recordáis más que un diluvio terrestre, siendo así que anteriormente ha habido ya muchos de esos. …”
Sin duda alguna lo más sorprendente en el mapa es la aparición de la Antártica, descubierta en 1820 ¡300 años después de que Piri la graficara con sumo detalle!; si uno se toma el trabajo (el cual se puede realizar en forma casera con un programa de lo más sencillo que trabaje con imágenes) de poner en el fondo la imagen austral del mapa de Piri, luego va superponiendo secciones de las mismas latitudes Antárticas de un planisferio típico y las gira contra las agujas del reloj en mayor medida mas las cercanas al oeste y menor medida las cercanas al este, (ya que hacia el oeste, se encontraría en el mapa de Piri “el borde de la foto al geoide” y por ende la mayor deformación al acentuarse la curvatura terrestre) uno pude notar la extraordinaria precisión, que en un principio no era tan notable dado a que uno está acostumbrado a observar la proyección deformada del planisferio. Las islas coinciden, así como las bahías y penínsulas de la costa Antártica. A su vez se notará que sobran algunas islas en el mapa de 1513, no solo en la zona Antártica, sino además en el Caribe, donde la isla denominada por el Almirante Piri como “Isla Antilla” coincide en posición con las denominadas por Colón como “Islas Antillas”, excepto por el hecho de que en el primer registro es una gran isla central de un tamaño similar al de Cuba, rodeada por otras pequeñas islas, y en el segundo, al igual que en la actualidad, allí se encuentran pequeñas islas, las modernas Antillas.
Otras diferencias con la realidad se encuentran en los ríos de América del Sur, el Amazonas aparece graficado dos veces (seguramente porque Piri lo copió dos veces de dos mapas diferentes), el Orinoco no está (pero en su lugar existen lagunas), y el Río de la Plata no existe.
Además, parece no existir el estrecho de Magallanes, o sea, la conexión entre el pacífico y el atlántico que se encuentra al sur de Argentina y Chile, en cambio, existe un puente de tierra entre Tierra del Fuego y la Península Antártica.
Pero volviendo atrás, si le creemos textualmente a Piri Reis, el copió su mapa de otros más antiguo, lo que amplifica el misterio, y a su vez da posibles razones a sus errores.
El nivel de los mares cambia continuamente, y la diferencia en la distribución de las masas terrestres cambia dramáticamente con los cientos o miles de años; surgimientos y desapariciones de masas terrestres e islas por actividad volcánica, corrimientos de continentes por actividades de movimiento de las placas tectónicas, eras glaciares y cambios de climas, los cuales acarrean a su vez aumentos o decrementos de los mares y hielos que cubren o muestran miles y miles de kilómetros cuadrados en instantes mínimos geológicos (cientos o miles de años).
Recientemente, la historia recopila sucesos de este tipo, como por ejemplo hace pocos cientos de años el surgimiento de islas enteras en los mares del norte de Europa, y ni bien empezaban a pelearse los reinos por estas, las mismas volvían a hundirse, como si nada hubiese pasado; o el famoso “puente de Bering” al extenderse el hielo Artico en la última era glaciar, o la desaparición (o surgimiento) de archipiélagos enteros por variaciones del nivel del mar o actividad volcánica, o más cercano aún, el corrimiento de hasta treinta y dos metros de inmensas masas de tierras en un solo día, en el reciente maremoto asiático (y hablamos de un día). El planeta se encuentra geológicamente activo y seguirá cambiando.
Una muestra los cambios ocurridos desde que se hicieron los mapas en que se basó Piri y la actualidad es que la costa Antártica ¡se muestra sin hielos!.
Lo cual nos deja solo tres caminos: O el mapa fue hecho antes de que los hielos cubran esas latitudes, o sea hace al menos 4000 años (¡ups!), o fue hecho con tecnología de sonar para graficar la tierra oculta tras los hielos, o la más fácil de las opciones, aunque tiene sus inconvenientes, el mapa es falso.
La primera vez que leí sobre este asunto fue en un viejo libro de Charles Berlitz, me impresionó mucho, y como es lógico, no le creí. Al buscar más información, en otros libros y en Internet, llegué a la primera conclusión: el mapa existe, y me volqué a la posibilidad de que debe ser falso ya que es demasiado bueno y espectacular para ser cierto, para busca indicios que posibiliten su falsedad busque más información, y no llegué a encontrar mucho que hablara en contra de la veracidad del ejemplar, repasemos:
En 1820 se avista por primera vez la Antártica oficialmente.
En 1929 el mapa de Piri Reis fue redescubierto (o falsificado).
En 1939 fue dirigida la primera misión de investigación a la Antártica a cargo por el Capitán Ritscher.
En 1940 el mapa llamó la atención de museos de todo el mundo y llegaron copias de este a todas partes del mundo.
En 1958, con motivo de “el año geofísico internacional” y gracias a la moderna tecnología, logran recabarse datos acerca de las masas de tierra bajo la capa de hielo de la Antártica.
En el mismo 1958 gracias al último suceso mencionado en este año, Charles Hapgood se interesó en el mapa y no tardó en poner en manos del Escuadrón de Reconocimiento Técnico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), encargado de la cartografía militar norteamericana, una copia del mapa del Almirante con la intención de comprobar la precisión  de sus contornos.
En 1960, el teniente coronel Harold Z. Ohlmeyer redactó sus conclusiones. En ellas admitía que la costa antártica que representaba el mapa tuvo, forzosamente, que "ser cartografiada antes de que fuera cubierta por la capa de hielo". Y añadía que, en nuestros días, "la capa de hielo en esta región tiene más de un kilómetro de grosor".
En la misma década el científico espacial francés y colaborador de la NASA Maurice Chatelain, aseguraba que estos mapas representaban una proyección plana de la superficie esférica de la Tierra tal y como podría ser vista hoy por un astronauta situado a una gran altura sobre Egipto. Curiosamente, una foto obtenida por un satélite sobre la vertical de El Cairo a una altura de 4.300 Kilómetros, muestra la misma deformación de las costas que las copias de Piri Reis.
Luego, el profesor Sarton de la Universidad de Harvard, realizó un completo estudio de las escalas y distancias de los trabajos de Piri Reis. En su informe final aseguraba que las distancias entre los diferentes puntos eran exactas, tomando siempre como baremo la medida griega estadio (1 estadio = 186 metros), la escala utilizada por el navegante turco se extrajo de la medición de la circunferencia de la Tierra realizada por el sabio Eratóstenes en el siglo III a. C. Estos datos corroboraban lo expuesto por el propio Piri Reis, y es que la antigüedad de los mapas originales de los que copió, se remontaba a tiempos de Alejandro Magno.
Como se puede ver, los datos para lograr la supuesta falsificación del mapa en 1929 no estaban disponibles sino hasta 1958 (momento en que las copias estaban hace rato en los museos del mundo), cuando se pudo escudriñar que había bajo las capas de hielos en la Antártica. Este hecho parece ser contundente con respecto a la posibilidad de la falsificación del mapa, hecho que se muestra entonces sumamente improbable.
Además, parece no haber argumentos en contra la antigüedad del material en si mismo, al parecer, el deterioro del cuero de gacela y las tintas (materiales orgánicos e inorgánicos), así como el estilo caligráfico de las anotaciones, el uso del idioma árabe antiguo, y el uso de las herramientas y utensilios con que fue confeccionado el mapa en si mismo, no han despertado sospechas de fraude pese a ser analizado por expertos y con las adelantadas tecnologías de los últimos 70 años.
Cabe recordar que desde tiempos anteriores a Colón, se creía en la existencia de un continente en el extremo sur de mundo, y en muchos mapas figura una masa sin forma específica. Se dice normalmente que se situaban tierras allí por el solo hecho de “equilibrar la distribución de tierras en el mundo”. Este argumento fue muy exitoso en explicar la aparición de continentes no conocidos en los mapas del siglo XVI  XVII, pero no pudo explicar la precisión en las siluetas de dichos continentes en muchos otros mapas como el de Piri Reis.
Existen otros mapas de la misma época:
Mapa de  Zeno (1380) donde aparece Groenlandia sin hielos.
Mapa de Yehudi Ibn Ben Zara (1487) con una Groenlandia surcada de ríos, valles y montañas, que no pudieron ser confirmados hasta el año 1947 mediante los sondeos de una expedición francesa capitaneada por Paul Emile Victor.
Mapa Caneiro, del siglo XV, donde aparece la costa Oriental de África con toda precisión.
Mapa de Andreu Benincasa, con todo tipo de detalles de la costa Norte de Europa.
Mapa de Jorge Reinel (1510) con excelentes representaciones del Océano Indico y parte de Australia.
Mapa de Orenteus Finaeus (1531) donde aparecen ríos y montañas en la Antártica.
Mapa de Adji Ahmed (1559), donde aparece el continente americano al completo.

Conclusiones

De entre la infinidad de misterios que la arqueología e historia presentan, este debe ser “uno de los menos esquivables” con teorías rápidas y baratas, la precisión en sus cualidades no pueden ser explicados por mera casualidad.
Este pedazo de cuero de gacela pintado parece no encajar en la historia conocida, esto sumado a otros mapas, y otros tantos cientos de objetos que tantas “teorías locas o cuerdas” han intentado explicar, son un recuerdo constante acerca de lo joven que es nuestra memoria, y lo larga pero olvidada que es nuestra historia.
¿Cuántas cosas maravillosas habrán sabido y hecho antiguas civilizaciones?, los Romanos, los Griegos, los Fenicios, los Egipcios, los Babilónicos, los Sumerios, y quizás otros que siquiera tengamos en la memoria sus nombres, borrados por el tiempo.
Ante este dilema, muchos han “disparado” para el lado de la negación, otros para el lado de los extraterrestres, otros, más terrenales, para el lado de la Atlántida, con la romántica idea de que quizás en el trágico final de la supuesta isla continente algunos Atlantes que escaparan llegaron a una playa mediterránea, gracias al mapa que traían en “la guantera” de su embarcación.

Bibliografía

Berlitz, C. (1971), The Mystery of Atlantis [El misterio de la Atlántida]. Nueva York: Grosset & Dunlap.
Berlitz, C. (1972), Mysteries from Forgetten Worlds [Misterios de los mundos olvidados]. Nueva York: Grosset & Dunlap.
Cartografía hasta 1700 [Versión electrónica]. PUEMAC. Extraído  el 30 de diciembre, 2004, de, http://interactiva.matem.unam.mx/mapas/html/cronologia/1300-1500.html.
El mapa de Piri Reis [Versión electrónica]. (2004, 21 de octubre). Guía Estambul.
Piri Muhyi I Din Reis [Versión electrónica]. Biblioteca Pleyades. Extraído el 29 de diciembre, 2004, de http://www.bibliotecapleyades.net/esp_mapas_pirireis.htm#Piri Muhyi I Din Reis.
Proyecto Antawa (2004, 4 de agosto). El mapa de Piri Reis [Versión electrónica]. Antárticos, amigos de la Antártica.
Sierra, J. (1996, junio). El misterio de los primeros mapas de la Antártida. Más allá.
Dossier Documental, Mapa de Piri Reis, 1513, Océano Atlántico [Versión electrónica], hp://www.ub.es/hvirt/dossier/mapas/pirireis.htm

Por Ercoli Marcos D. disponible en http://www.monografias.com/. Adaptacion y ilustracion por Leopoldo Costa





1 comment:

  1. Los mapas y ciclos bíblicos de las milenarias derivas continentales y la aproximación de la cuarta deriva continental.
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