8.21.2017

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA DAMA DE HONOR

Juana Seymour

EL APOYO DE LAS MUJERES MAS PODEROSAS DEL MUNDO. (INGLATERRA, 1485-1603)


A lo largo de la historia ayudantes personales especializadas en funciones diferentes, dependiendo del período, país y señora en cuestión, han atendido a mujeres nobles y de la realeza. En Inglaterra durante las épocas de los Tudor e isabelina, la dama de honor se convirtió en una figura clave y algunas de ellas, como Juana Seymour, incluso ascendieron hasta convertirse en reinas.

1. VESTIRSE

Las reglas de vestimenta para las mujeres isabelinas eran muy estrictas y las damas de honor no podían ponerse cualquier cosa. Los colores y materiales usados ayudaban a identificar la categoría de la mujer, manteniendo la estricta división de clases. A las damas de honor se les permitía vestir terciopelos y pieles de color carmesí o negro.

2. ENTRETENER A LA REINA

Una parte importante de su trabajo era asegurarse de que la reina estuviese entretenida en todo momento. Hacían compañía a su señora y participaban en sus pasatiempos como los bordados, la pintura o montar a caballo.

3. ESTAR AL DIA

Una dama de honor debía conocer el arte de la etiqueta pero también estar al día de los bailes más populares de la corte, dominar varios instrumentos musicales, ser una amazona experta y hablar con fluidez varios idiomas. Por eso dedicaban tiempo a diario a perfeccionar esas habilidades

4. ACOMPAÑAR A LA REINA

En la época Tudor tener un gran séquito era un signo de poder y las damas de honor se solian elegir para aportar glamour y belleza. Acompañaban a la reina allá donde fuese y también servían como barrera entre la reina y los nobles parlanchines que tendian a monopolizar la conversación.

5. OCUPARSE DEL CORREO

Además de ser la mejor amiga de la reina, debían cumplir una gran variedad de tareas. Leían las cartas a la monarca y escribían en su nombre, a menudo redactando misivas de importancia politica. Se aseguraban de que todo funcionase bien en el palacio manteniendo vigilados a los sirvientes y controlando el vestuario real.

6. COTILLEOS

Eran las compan~eras más leales y fieles de una reina y la monarca podía hablar con ellas con un nivel de confianza que no podía tener ni siquiera con su propio marido. Las damas solían mantener a la reina al corriente de los cotilleos de la corte y, debido a esta relación tan estrecha, muchas damas de honor se veían envueltas en importantes escándalos reales.

7. ASISTIR A UNA MASCARADA

Una dama era parte importante de una corte real y se contaba con su presencia en bailes y mascaradas. Esta también era una oportunidad para que la propia acompañante real formase vínculos fuertes y tomase contacto con la nobleza inglesa. Ana Bolena hizo su primera aparición documentada durante una mascarada.

8. IR A DORMIR 

Las ayudantes personales acompañaban a la reina en todos los aspectos de su vida, e incluso en el dormitorio. Una dama dormía frecuentemente en la misma habitación que la reina, bien en la misma cama o en otra más pequeña junto a ella. Esto no se consideraba escandaloso. porque la reina vivia en un estado de amenaza constante y debia estar acompañada en todo momento.

Texto publicado en "Vive La Historia" n. 12, enero 2015. pp. 24-25. Digitalización, adaptación y ilustración por Leopoldo Costa.

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